En BOLETÍN SEMANAL
Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, para contar todas tus obras. Salmo 73

Estos versículos finales sintetizan la conclusión a la cual llegó el salmista como resultado de la experiencia que describe  en el resto del Salmo. Representan su meditación final, y toma la forma de una determinación. Ha finalizado su análisis del pasado y ahora se enfrenta consigo mismo y el futuro. Resuelve que, en lo que a él le toca, hay una cosa que hará a toda costa. "El acercarme a Dios es el bien”, dice. "En esto me voy a concentrar".

Expresándolo así el salmista nos da una idea completa de su filosofía de la vida, su forma de enfrentar las incertidumbres que se le puedan presentar. Es aquí donde descubrimos el gran valor de los Salmos. Estos hombres no sólo relataron sus experiencias en este mundo, sino también sus reacciones ante las mismas, y como resultado de todo lo que les pasó, propusieron ciertos grandes principios. Tenemos aquí, por lo tanto, la esencia de su sabiduría. En la Biblia encontramos sabiduría divina, celestial, y en un sentido, la conclusión final de este hombre es sencillamente el gran mensaje central de la Biblia. En ella se nos dice que, en última instancia, hay sólo dos posibles aspectos de la vida y dos posibles formas de vida.

No podemos hacer nada mejor, entonces, que concluir nuestro estudio de este grandioso Salmo, considerando la sabiduría de su autor. Cada uno de nosotros ha llegado a cierto nivel en esta vida; todos hemos tenido variadas experiencias. Yo pregunto: ¿hemos llegado a la misma conclusión que el salmista? ¿Vemos que ésta es realmente la esencia de la sabiduría? ¿Cómo estamos enfrentando el futuro desconocido? ¿Lo estamos haciendo de esta manera?
Comencemos con mirar a la determinación que el salmista tomó. En la versión popular dice: «Pero yo me acercaré a Dios, pues para mí eso es lo mejor. . .” y la revisión de 1960 dice: «Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien”. Él se está comparando con otros. Cualquier otra cosa podrá ser verdad acerca de otros, pero el acercarse a Dios es lo bueno para él. Su gran ambición será eso sólo, mantenerse cerca de Dios. Al expresarlo en forma de contraste, nos ayuda a ver la importancia de esta decisión. «Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán… Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien”. Hay sólo estas dos posiciones en la vida. Estamos todos lejos de Dios o cerca de Él. Y no hay otra posición posible, de manera que es de vital importancia que lleguemos a la decisión que tomó este hombre, la de estar cerca de Dios.
No tengo duda alguna que esto es lo que predominaba en su mente. Recordando su triste experiencia, llegó a la conclusión de que su error y las causas que provocaron su problema, se debían sólo a no estar cerca de Dios. Él pensó que la razón era que los impíos parecían prosperar mientras que el sólo experimentaba problemas. Sin embargo, al ser iluminado en el santuario de Dios, ve claramente que esa, de ninguna manera fue la raíz de su problema. Hay un sólo problema de importancia y es la relación del hombre con Dios. Si estoy cerca de Dios, dice el salmista, realmente no interesa lo que me pase; pero si estoy lejos de Dios, nada estará bien. Y ésta es la profunda conclusión a la que llegó.

Todos tenemos la tendencia de pensar que necesitamos ciertas cosas. Pensamos que nuestra felicidad depende de condiciones y de sucesos. Precisamente por pensar de esa manera el salmista llegó a esa condición tan desgraciada. Ver a los impíos y a su aparente prosperidad le molestó, le provocó envidia, y empezó a quejarse y a murmurar. Pasó días y semanas en ese horrible estado de auto compasión, pero luego comprendió que estaba así por el solo hecho de no estar cerca de Dios. Este es el principio y el fin de la sabiduría en la vida cristiana. Tan pronto nos alejamos de Dios, todo va mal. El secreto es estar cerca de Dios. Cuando dejamos de hacerlo, somos como un barco en el mar cuando pierde de vista las estrellas, o falla su brújula. Si perdemos nuestra paciencia, no nos sorprendamos de las consecuencias. Esto es lo que descubrió el salmista. «Esto es lo que necesito» dice. «No necesito bendiciones, ni la prosperidad que otros tienen, ni esas otras cosas de que el mundo habla tanto. Lo único que me interesa es estar cerca de Dios, porque mientras estaba lejos de Él todo en mi estaba mal y me sentía miserable; pero ahora que he vuelto, aunque mi condición permanece igual, tengo paz en mi interior, estoy lleno de gozo, puedo descansar confiado, feliz y seguro en sus brazos amorosos. Por lo tanto, ésta es mi decisión. En cuanto a mí, voy a vivir cerca de Dios. Esto es lo que siempre va a ser lo más importante de mi vida. Comenzaré con esta actitud cada día. Me voy a decir a mi mismo, aunque suceda cualquier otra cosa, que lo esencial es estar cerca de Dios».

Esta fue la decisión del salmista, y afortunadamente para nosotros, nos hace conocer el secreto de cómo llegó a esa conclusión. Tenemos que agradecerle a Dios una vez más el que podamos tener la Biblia y sus instrucciones detalladas. Ella no nos da simplemente un precepto en términos generales; nos da también las razones para el mismo. Y estas razones son necesarias, porque fácilmente olvidamos el precepto. Aquí en estos dos versículos tenemos algunas de estas razones.

Extracto del Libro: La fe a prueba, del Dr. Martin Lloyd-Jones

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