​Queremos dar gracias a nuestro Dios y Padre que permitió que, a través de los Siglos y las edades, su Palabra fuera transmitida de generación en generación para cumplir su propósito eterno de salvar a aquellos que fueron entregados a Cristo para que muriera por ellos, quien pudo decir: ninguno de los que el Padre me dio he perdido, y al Espíritu Santo que regeneró a todos aquellos que el Padre llamó desde la eternidad y que los dio al Hijo para que se presentase delante de la Ley, declarándolos justos ante el Trono de Dios.  En el cumplimiento de los propósitos eternos de Dios, Él usa medios, estos medios son hombres,  por tanto queremos mostrar especialmente nuestro agradecimiento como Iglesia a….

D. Percy Buffard, quien llegó a España desde su Inglaterra natal como misionero en los primeros años del Siglo XX, centrando su base de operaciones en Valdepeñas (C. Real). Allí se estableció una iglesia fuerte que fue usada por Dios para ser luz en un país sumido en la miseria espiritual, la ignorancia y la superstición. A través de los viajes misioneros que desde Valdepeñas estuvo haciendo D. Percy, se propagó el mensaje del evangelio en muchas poblaciones españolas del centro-sur y este del país. Su infatigable trabajo y su dedicación plena, su determinación para llevar la semilla del evangelio con mucho sufrimiento, en medio de grandes reveses y con los medios de la época, no fue un obstáculo para que cumpliera con fidelidad su misión. D. Percy fue un recurso usado por Dios para la formación de muchos hombres que mas tarde serían pastores, para atender con asistencia sanitaria a una población desamparada, y para la salvación de muchas almas mediante la predicación del evangelio.

D. Joaquin Ranero Gascón, quien viendo a su joven esposa recién convertida, a mediados de los años 40, quiso demostrarle la incongruencia y falsedad de las Escrituras, y precisamente su espíritu indagador hizo que en vez de desmontar a Dios, Dios le desmontase a él, llevándole a descubrir en esas paginas de la Biblia a su Salvador.  Esto le llevó a dejar su vida como pintor con gran potencial de prestigio, dejó su entorno intelectual, y se dedicó a predicar la Palabra, primeramente en Castellón y luego se fue a vivir a Palma de Mallorca, a donde llegó con escasísimos recursos para iniciar una obra pionera.  Con gran esfuerzo y sacrificio, tanto suyo como de su esposa, Armonía y los 3 hijos que tuvieron, pasaron por grandes penalidades y muchas carencias, pero cumplieron el propósito de Dios y se pudo levantar una iglesia Reformada en esa ciudad, iglesia fundada y pastoreada durante 30 años, hasta su muerte, por D. Joaquin Ranero.

Con este trasfondo podemos ubicar a la Iglesia Bautista Reformada del Pacto de Gracia en Madrid, nacida en 1993, quien es hija del valor, trabajo, esfuerzo y sacrificio de estos dos hombres: D. Percy Buffard y D. Joaquin Ranero Gascón, quienes no se conocieron en vida, pero cuyas obras aún nos hablan. El pastor de nuestra iglesia, Boni Lozano García, es biznieto de aquel hombre que iba a misa todos los domingos, obligando a sus hijos a rendir culto al Señor, cuando la misa era en latín, sin embargo, escuchó en su idioma materno hablar del evangelio de Cristo y el Señor abrió su corazón y le llamó usando como medio a D. Percy Buffard. También es yerno de D. Joaquin Ranero, a través de quien conoció las doctrinas de la Gracia, con todo el alcance y profundidad de lo que enseña la Palabra de Dios redescubierta por los reformadores en el Siglo XVI, que tanta luz trajo a aquella Europa medieval sumida en la ignorancia, pero que llevó a cabo su obra afectando la conciencia de pecadores que fueron llamados a la salvación, con el impacto que esto tuvo para las artes, las ciencias y las letras.  Esta es la increíble historia, una vez mas, de la Providencia de Dios moviéndose en la historia para que el Espíritu actúe llamando a la salvación a todos aquellos que el Padre dio al Hijo. Ninguno se perderá.

Por todo ello, damos gracias a nuestro Dios por dar a su iglesia pastores que nos apacientan con ciencia y con inteligencia, y que a costa de su comodidad, de sus expectativas profesionales, de su posición social y de sus ambiciones lícitas, pusieron primero lo primero: el servir a Dios en su generación. Hoy queremos dar testimonio de que el testigo que ellos tomaron ha ido pasando de mano en mano a las siguientes generaciones, y que la semilla que ellos plantaron con lagrimas, dio su fruto según la Voluntad de Dios,  y muchos han venido al conocimiento de la verdad. El ejemplo de estos hombres es un reto para todos nosotros quienes debemos cumplir también nuestro deber delante de Dios, honrando su Nombre y transmitiendo a la siguiente generación el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo. Oramos a nuestro Dios para que nos permita seguir manteniendo la responsabilidad que como iglesia nos ha sido impuesta, y que a pesar de las presiones sociales, de las modas religiosas y de pensamiento social, cumplamos con fidelidad e integridad el mandato que nos ha sido dado: ser «columna y baluarte de la verdad».

Apoc. 14:13  Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.

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