Castillo fuerte es nuestro Dios,
defensa y buen escudo;
con Su poder nos librará
en este trance agudo.
Con furia y con afán
acósanos Satán:
por armas deja ver
astucia y gran poder;
cual él no hay en la tierra.
Nuestro valor es nada aquí,
con él todo es perdido,
mas por nosotros pugnará
de Dios el Escogido.
¿Sabéis quién es? Jesús,
el que venció en la Cruz,
Señor de Sabaoth;
y, pues, Él sólo es Dios,
Él triunfa en la batalla.
Aun si están demonios mil
prontos a devorarnos,
no temeremos, porque Dios
sabrá aun prosperarnos.
Que muestre su vigor
Satán y su furor
dañarnos no podrá;
pues condenado es ya
por la Palabra santa.
Sin destruirla dejarán,
aun mal de su agrado,
esta Palabra del Señor;
Él lucha a nuestro lado.
Que lleven con furor
los bienes, vida, honor,
los hijos, la mujer…
todo ha de perecer…
de Dios el Reino queda. *