Hasta que vengas, nuestro Salvador,
nos congregamos para recordar
Tus muchas penas y Tu grande amor,
y en Tu memoria así partir el pan.
Estás aquí: sabémoslo, Señor,
pues nos has dicho: “Donde dos o tres
se hallan reunidos en Mi Nombre, Yo
en medio de ellos me revelaré”.
Hasta que vengas; sólo un poco más,
y nuestros ojos te verán en luz,
lleno de gloria, honra y majestad
llevando aún las huellas de la Cruz. *