la Biblia posee evidencias internas contundentes que apoyan lo que ella dice de sí misma. Y una de ellas es la enorme cantidad de profecías cumplidas.
Esto es algo que diferencia la Biblia de todos los otros libros que claman ser inspirados. Ni el Corán, ni el Libro del Mormón poseen ninguna profecía predictiva. Pero en el caso de la Biblia, el 30 % está compuesto por profecías, cientos de profecías que se han cumplido en un cien por cien, exceptuando únicamente aquellas que claramente pertenecen a un tiempo futuro, como las que están relacionadas con la segunda venida de Cristo y sus eventos relacionados.

Ese fue uno de los estándares que el mismo Dios estableció en el AT para que Su pueblo reconociera cuáles profetas hablaban de parte de Dios y cuáles no. En Deut. 18 Dios promete al pueblo de Israel que les enviaría profetas que hablarían en Su nombre, pero también les advierte que tengan cuidado con los falsos profetas. Y en ese contexto, dice el Señor en el vers. 21:

“Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado? Si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él”.

Los profetas verdaderos de Dios tenían que ser infalibles, y una prueba de su infalibilidad serían las profecías cumplidas. Ese es uno de los argumentos que usa Dios para mostrar la falsedad de los ídolos. Dice en Is. 41:21ss:

“Alegad por vuestra causa, dice Jehová; presentad vuestras pruebas, dice el Rey de Jacob. Traigan, anúnciennos lo que ha de venir; dígannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello; sepamos también su postrimería, y hacednos entender lo que ha de venir. Dadnos nuevas de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced bien, o mal, para que tengamos qué contar, y juntamente nos maravillemos. He aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras vanidad; abominación es el que os escogió”.

Y lo mismo vemos en Is. 46:10: “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho”.

Como no puedo presentar aquí un catálogo completo de profecías cumplidas, voy a limitarme a citar unas cuantas que tienen que ver con la persona y la obra del Mesías, nuestro Señor Jesucristo. Y escojo este tema específicamente por varias razones:

En primer lugar, porque el mismo Cristo dijo que Él era el tema central de las profecías del AT. De ningún líder religioso se puede decir lo que se dice de Cristo en Lc. 24:25-27. El Señor se encuentra con dos discípulos que iban camino a Emaús, apesadumbrados por lo que parecía ser el fracaso del Mesías. Y Cristo les dice: “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”. Cristo es el tema central de las Escrituras.

En segundo lugar, escojo el tema del Señor porque las profecías concernientes a Él se encuentran en el AT, mientras que Su cumplimiento se encuentra en el Nuevo. Nadie puede decir que esas profecías se escribieron después de su cumplimiento, porque el AT tenía 400 años de concluido cuando el Señor nació.

Y nadie puede decir tampoco que Cristo se empeñó en cumplir tales profecías para hacerse pasar por el Mesías, porque muchas de ellas estaban fuera de Su alcance como hombre. He aquí algunas de esas predicciones que comienzan a aparecer en la Biblia tan pronto ocurre la caída de nuestros primeros padres.

1. En Gn. 3:15 Dios anuncia que el Salvador vendría de la descendencia de una mujer, para dejar establecido que sería un miembro de la raza humana y no un ser angelical.
2. En Gn. 22:18 que sería de la descendencia de Abraham.
3. Abraham tuvo dos hijos, pero en Gn. 21:12 se predice que el Mesías sería de las descendencia de Isaac.
4. Isaac también tuvo dos hijos, pero en Nm. 24:17 dice que el Mesías habría de venir de Jacob.
5. Jacob tuvo doce hijos, pero en Gn. 49:10 y Mi. 5:2 se predice que el Mesías vendría de Judá.
6. En Is. 11:1, que sería de la familia de Isaí.
7. Isaí tuvo 8 hijos, pero en Jeremías 23:5 dice que el Mesías sería descendiente de David, el más pequeño de los hijos de Isaí.
8. En Is. 7:14, que nacería de un joven virgen.
9. En Dn. 9:24-27 se predice el tiempo de Su venida.
10. En Mi. 5:2, que nacería en Belén.
11. En el Sal. 72:10, que en su nacimiento personas importantes del oriente le traerían regalos., profecía que se cumplió con la visita de los magos.
12. En Jer. 31:15, que conectado con su nacimiento habría una matanza de niños, profecía que se cumplió con la matanza de Herodes.
13. En Is. 40:3 y en Mal. 3:1 se predice que sería precedido de un mensajero, profecía que se cumplió en Juan el Bautista.
14. En Is. 9:1, que Su ministerio comenzaría en Galilea.
15. En Is. 35:5-6, que durante Su ministerio llevaría a cabo milagros como abrir los ojos de los ciegos, hacer oír a los sordos, hacer hablar a los mudos y poner a caminar a los paralíticos.
16. En el Sal. 78:2, que usaría parábolas en Sus enseñanzas.
17. En Zac. 9:9, que entraría a Jerusalén sobre un pollino de asna.
18. En el Sal. 118:22, que sería rechazado por los judíos.
19. En el Sal. 41:9, que sería traicionado por uno de los Suyos.
20. En Zac. 11:12, que sería vendido por 30 piezas de plata.
21. En Zac. 11:13, que ese dinero sería arrojado en la casa del Señor.
22. En Zac. 13:7, que sería abandonado por Sus amigos.
23. En el Sal. 35:11, que sería acusado por falsos testigos.
24. En Is. 50:6, que sería golpeado y escupido.
25. En el Sal. 22:7-8, que sería burlado.
26. En el Sal. 22:16, que Sus pies y manos serían traspasados.
27. En Is. 53:12, que sería muerto entre malhechores (Cristo fue crucificado entre dos ladrones).
28. En Is. 53:12, que oraría por Sus perseguidores.
29. En el Sal. 22:18 que se repartirían Sus vestidos.
30. En el Sal. 69:21 que en Su sed le darían a beber vinagre.
31. En el Sal. 22:1 que en la cruz sufriría el desamparo de Dios y gritaría: “¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?”
32. En Is. 53:9 que sería sepultado en la tumba de un rico, profecía que se cumplió cuando José de Arimatea le cedió su tumba.

He ahí 32 profecías que se cumplieron al pie de la letra en la vida y ministerio del Señor Jesucristo, y esas no son todas. En el NT se mencionan unas 90 profecías y más de 300 referencias mesiánicas que se cumplieron también.

Peter Stoner toma 48 de estas profecías y nos dice que las posibilidades de que se cumplan en un solo hombre son de 1 en 10 elevado a la 157 potencia. Ese es un número tan elevado que nuestras mentes finitas no pueden asimilarlo siquiera. Y esas son únicamente las profecías de la Biblia con respecto a Cristo. Dios se encargó de dejar evidencias muy claras de la inspiración de Su Palabra, y nos proveyó al mismo tiempo todas las pruebas que necesitábamos para reconocer al Mesías: nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.

© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo.

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