No hay que hacer un estudio muy profundo para darnos cuenta de que la sociedad actual se encuentra en una crisis profunda en lo tocante al uso de la razón y el intelecto.
Vivimos en una época donde los sentimientos han llegado a ser más importantes que las ideas y los pensamientos. Así como la modernidad se caracterizó por sus grandes ideales, la post-modernidad carece de ellos. Lo importante para el hombre post-moderno es que nos sintamos bien. “Mientras otros no sean dañados, no importa lo que hagas o dejes de hacer, con tal de que te sientas bien”.
Y lo más triste de esta situación es que la Iglesia cristiana no está haciendo un frente adecuado a esta forma de pensar, porque ella misma ha sido infectada con este mal. En ese sentido los cristianos de nuestra generación se han despegado de su herencia histórica, porque en el pasado no era así.
Donde quiera que los puritanos fundaran una iglesia al poco tiempo fundaban una escuela, porque veían la enorme importancia que tiene el desarrollo del intelecto para una fe cristiana vigorosa. De hecho, el énfasis en la educación para todos que vemos hoy en occidente es un producto directo de la Reforma protestante.
Ya en 1642 los puritanos que vivían en las colonias americanas promulgaron una ley que requería educación para todos los niños, y en 1647 establecieron las escuelas públicas, las cuales, por supuesto, eran muy diferentes a las escuelas públicas de hoy día.
Este movimiento pro-educación produjo también grandes universidades que, aunque muchas de ellas se oponen actualmente al cristianismo, fueron fundadas por cristianos para promover la instrucción del pueblo de Dios. Ese es el caso de Oxford, Cambridge, Harvard, Yale, Princeton, entre otras.
La ignorancia es la madre de la herejía, dijo alguien de aquellos días, no de la devoción. Así pensaban nuestros padres en la fe. Sin embargo, la situación actual es muy distinta. Como decíamos anteriormente, el anti intelectualismo que afecta hoy la sociedad moderna ha encontrado lugar en el cristianismo moderno.
Y nos preguntamos ¿cuál es la raíz de esta actitud anti-intelectual que muchas iglesias cristianas han adoptado en estos últimos tiempos?
Las causas de esta crisis en lo tocante a las iglesias cristianas
1. Los grandes avivamientos de mediados de 1800.
Sin quererlo, estos movimientos promovieron un evangelismo subjetivo y emocional, en contraposición a un evangelismo doctrinal y objetivo. A medida que pasaba el tiempo, el evangelismo se concentró en campañas que no requerían predicadores teológicamente bien equipados, sino más bien buenos comunicadores que supieran cómo atraer la atención de las masas y moverlas a tomar una “decisión por Cristo”.
2. Ciertas ideas filosóficas provenientes de Europa, especialmente de Hume y de Kant.
En su obra Crítica de la Razón Pura Kant lanzó una crítica masiva contra los argumentos tradicionales de la existencia de Dios. El decía que debemos distinguir dos esferas de conocimiento: la fenomenal y la noumenal.
Fenomenal = la esfera de los fenómenos, el mundo físico que distinguimos con los cinco sentidos. Este es el mundo de la investigación científica, una esfera que puede ser medida y analizada por la observación, los experimentos y cosas semejantes.
Ahora bien, aparte de este mundo que podemos captar con los sentidos, ¿existe alguna otra cosa? ¿Existe lo que podemos llamar una esfera metafísica, que está más allá de lo físico? Puede ser que esa esfera exista, decía Kant, pero de ser así no tenemos acceso a ella. Y es a esa esfera que él llama “noumenal”.
Noumenal = la esfera a la que no tenemos acceso por medio de los sentidos, y la que no puede ser analizada racionalmente. A esa esfera se puede saltar por la fe, pero ese salto no es científico ni inteligente.
Es interesante señalar que Kant se sentía impulsado a afirmar la existencia de Dios. Argumentaba que nosotros debemos vivir “como si” hubiera un Dios, pues de lo contrario la ética no tendría sentido, y sin ética la sociedad se desintegraría. Dostoyeski llegó más lejos: El escribió que sin Dios todas las cosas son permisibles.
Esto trajo como consecuencia una visión meramente devocional y ética de las Escrituras.
3. El ataque intelectual que sufrió la fe cristiana a finales del siglo pasado, tanto de la alta crítica alemana como del darwinismo.
“En vez de responder estos ataques con un vigoroso contraataque intelectual, muchos creyentes albergaron suspicacia hacia todo tipo de asunto intelectual” (Moreland; pg. 24). Muchos ven la ignorancia hoy día como una virtud, y al cristiano pensante se le mira con recelo.
El impacto del anti intelectualismo en la Iglesia
1. Un mal entendimiento de la relación que existe entre la fe y la razón:
Muchos hoy día ven la fe como un acto ciego de la voluntad, la decisión de creer algo independientemente de la razón, ignorando la falta total de evidencia para lo que se cree.
Pero la Biblia enseña que la fe es la confianza que ponemos en aquello para lo cual tenemos razón de creer que es verdadero. En otras palabras, la fe se construye sobre la razón. Por eso al predicar debemos procurar persuadir con razones a nuestro auditorio (Mt. 13; Rom. 6:17; 2Cor. 10:5).
La religión hoy día es mayormente subjetiva:
“Se que Él viviendo está
porque vive en mi corazón”.
Nuestra fe no descansa en lo que siento, o en nuestras experiencias privadas, sino en lo que Dios ha revelado y que comprendemos usando el intelecto (2Tim. 2:7; 2P. 1:16-21).
2. La separación de lo secular y lo sagrado:
Muchos piensan hoy que en los asuntos seculares debemos usar la cabeza, pero en los asuntos religiosos debo guiarme por el corazón y los sentimientos. “El Señor puso en mi corazón”. Se imaginan a un ingeniero llevándose de los dictados de su corazón para saber la cantidad de varillas que usará en una viga.
¿Por qué los cristianos deben tomar decisiones guiándose por los impulsos del corazón y no por el uso racional de los principios bíblicos? No existe tal dicotomía entre lo secular y lo sagrado. Los cristianos deben analizarlo todo desde una perspectiva bíblica. Pero luego hablaremos de eso más ampliamente.
3. La debilidad del evangelismo moderno:
Como el sentimiento es prioritario sobre la razón el evangelismo de hoy se concentra primariamente en las necesidades que el hombre siente como una necesidad, dejando de lado la verdadera necesidad que no todos sienten.
4. La falta de celo en muchos creyentes hoy para confrontar las ideas falsas que nos rodean.
Necesitamos urgentemente corregir este error. Más adelante daremos algunas ideas prácticas de cómo hacerlo.
© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo.