​Para muchos pensadores de hoy, el único sendero hacia las relaciones pacíficas en un mundo pluralista es la senda en que no hay una verdad que merezca la aprobación de todos. Casi parece tener sentido. Si nadie dice que lo que requiere la aprobación de todos, entonces podemos vivir juntos en paz.   Así que el pluralismo pacífico y la disminución de la importancia de la verdad van de la mano.
Pero el tema no funciona así. Cuando no hay una verdad que merezca la aprobación de todos, el único árbitro entre nuestros deseos opuestos es el poder. Donde la verdad no define lo que es correcto, el poder lo hace...

Romanos 16:17-20
Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.  Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos.    Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal.  Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.

Hablando con un sabio líder de una gran organización misionera acerca de la fidelidad doctrinal, él dijo algo más o menos así:   Nuestra organización está compuesta por dos tipos de personas: Aquellos que defienden la pureza y los que defienden la unidad”. Los de la unidad, enfatizan naturalmente la belleza de las relaciones interpersonales y tienden a descuidar el énfasis de la verdad. Los de la pureza, enfatizan naturalmente la belleza de la verdad y tienden a descuidar el énfasis en las relaciones interpersonales.  De hecho, podrías clasificar a las personas, las iglesias, las denominaciones, las instituciones, y los movimientos en la iglesia evangélica de hoy (incluso en la sociedad en general) según estas posiciones: Están los que enfatizan la pureza doctrinal, y están aquellos que enfatizan la unidad en las relaciones interpersonales.

Amando a las Personas y Amando la Verdad
Espero que no se sientan cómodos con esta descripción. Un buen síntoma sería el que pensases ahora mismo diciendo: “¿Tenemos que escoger? ¿No pueden ser ambas? ¿Acaso no se puede amar la verdad y amar a las personas?”. De hecho, el impulso sería más bíblico si pensaran: “Ni siquiera creo que pueda amar a las personas si no amo la verdad. ¿Cómo puedo hacer lo que es realmente bueno por las personas si no tengo ninguna convicción acerca de lo que realmente es bueno?”.

Sin embargo, no podemos escapar de la realidad de que las personas en las iglesias, denominaciones, escuelas, y aún en períodos completos de la historia se inclinan hacia un lado o hacia el otro. Creo que el período de la historia que vivimos no es un momento en que sea fácil amar la verdad. La crítica más común, si estás firme en cuanto a una verdad importante, y sugieres por esa postura que otros deberían creerla, es que eres un arrogante, lo opuesto a ser afectuoso (1Cor 13:4), y por tanto estás socavando las relaciones interpersonales.

Para muchos pensadores de hoy, el único sendero hacia las relaciones pacíficas en un mundo pluralista es la senda en que no hay una verdad que merezca la aprobación de todos. Casi parece tener sentido. Si nadie dice que lo que requiere la aprobación de todos, entonces podemos vivir juntos en paz.   Así que el pluralismo pacífico y la disminución de la importancia de la verdad van de la mano.  Pero el tema no funciona así. Cuando no hay una verdad que merezca la aprobación de todos, el único árbitro entre nuestros deseos opuestos es el poder. Donde la verdad no define lo que es correcto, el poder lo hace. Y donde el poder define lo que es correcto, los débiles lo pagan con sus vidas. Cuando el clamor universal por la verdad desaparece, lo que se recibe no es el pluralismo pacífico o las fraternales relaciones interpersonales; lo que se recibe son campos de concentración y gulags

Pureza por el Bien de la Unidad
Quiero que veas en la Biblia –y lo sientas en tu interior- la importancia que tiene el ser una generación pura con el fin de ser una generación en pro de la unidad. Quiero que sientas cuán fuera de tono está este texto en la cultura occidental actual. Éste ilustra una manera de pensar y vivir que la mayoría de nuestros ciudadanos considerarían ofensivo, poco afectuoso, fundamentalista, y anticuado. Es fundamentalmente un texto que resalta la pureza, un texto que llama a la vigilancia en las materias de la verdad y la doctrina. Pero no es solo eso, es también, de manera chocante, un texto que resalta la unidad. El objetivo de estar alertas por una buena enseñanza es evitar minimizar a Cristo y evitar la auto-exaltación que nos puede dividir.

Así que mi esperanza al exponer los versículos 17 y 18 es que seas liberado de cualquier ceguera o cautiverio en este período en el que vivimos y que minimiza el valor de la verdad. Y oro así, porque debido a esta libertad, podrás conocer lo que es amar a sus adversarios y tendrás el refrescante poder del evangelio para engrandecer a Cristo al mostrar ese amor.
“Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.  Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos”. El versículo 17 da dos órdenes que parecen contradictorias, pero están relacionadas por una frase que muestra por qué no son contradictorias. Y el versículo 18 da dos razones por las que estas dos órdenes son tan cruciales. Veamos primeramente las órdenes en el versículo  17.

Que Vigiléis a Los Que Causan divisiones
La primera orden en el versículo 17 es vigilar a aquellos que causan divisiones y ponen obstáculos o piedras de tropiezo: “Y os ruego, hermanos, que vigiléis a los que causan disensiones y tropiezos”. Por tanto, está claro según este mandato que a Pablo le interesa la unidad. Quiere promover la unidad. Que vigiléis a los que causan disensiones. Son enemigos de la unidad. Vigiladles, no quiero que tengan ese efecto en vosotros.

Que os Apartéis de Ellos
El segundo mandato en el versículo 17 es que nos apartemos de estas personas. Observa la última frase del versículo: “que os apartéis de ellos”. Mantente alejado de ellos. Ahora, la razón por la que digo que estos dos mandamientos parecen contradictorios es que el primero está dirigido a satisfacer una pasión por la unidad: Que vigiléis a los que causan disensiones. Y la segunda es, de hecho, un llamado a la división. Cuando descubras a una persona que causa divisiones, sepárate de ella. Apártate de ella.

La Línea Divisora de la Enseñanza
¿Qué relación existe entonces entre estos dos mandatos de tal manera que nos ayude a ver que no son verdaderamente contradictorios? Es la referencia que hace Pablo a la enseñanza. Ver. 17: “Y os ruego, hermanos, que vigiléis a los que causan disensiones y tropiezos contra las enseñanzas que vosotros aprendisteis”. El asunto aquí no es el mismo que aparece en el capítulo 14 donde Pablo está lidiando con convicciones diferentes acerca de cuestiones que no son esenciales. Allí dijo, en el ver. 5, “Cada cual esté plenamente convencido según su propio sentir”. En el capítulo 14 no se habla nada acerca de apartarse de las personas. Toda la idea era ayudar a los cristianos débiles y a los fuertes a vivir juntos en entendimiento y respeto mutuo.  Pero ahora, aquí en Romanos 16:17, el enfoque es completamente diferente. Aquí Pablo dice: apartaos de ellos, separaos de ellos. ¿Por qué? Porque están promoviendo una doctrina contraria a lo que habían aprendido. Ahora bien, la respuesta de Pablo pudiera haber sido: Bueno, nadie tiene toda la verdad, y cada persona tiene un fragmento de ella, y la unidad es más importante que la verdad, por tanto no os separéis. Y nosotros diríamos: Ese deseo no es del todo malo.   La unidad es algo bueno. Pablo está interesado en ella, su primer mandato es: vigilar a los que causan disensiones.

La División Establecida Sobre la Verdad, por el bien de la Unidad Establecida Sobre la Verdad
Pero esa no es la manera en que respondió a esta situación. En lugar de eso, por el bien de la unidad (entiéndase: la unidad establecida sobre la verdad) Pablo hace un llamado a la división establecida sobre la verdad. Apartaos de ellos. No sé de qué manera podría Pablo ser más claro al mostrar cómo relacionaba la enseñanza con la unidad. Para Pablo, la enseñanza o doctrina es la base de la unidad. Sin la enseñanza común que habían aprendido, la unidad no hubiera sido unidad cristiana. Por eso él está dispuesto a convocar a la desunión establecida sobre la verdad (apártense de ellos, sepárense de ellos) por amor a la unidad establecida sobre la verdad.  En otras palabras, para Pablo, cuando una persona se separa de la enseñanza que los apóstoles han dado, la amenaza es mayor que la desunión causada por la separación de esas personas. Si decimos: ¿cómo puede ser esto? ¿Cómo puede ser que separarnos de un falso maestro que se ha levantado en la iglesia promueva la unidad dentro de la misma iglesia? La respuesta es que la única unidad que cuenta para la iglesia es la que tiene sus raíces en la enseñanza común de los apóstoles. Aislar a los falsos maestros –evitarlos- es la estrategia de Pablo para preservar la unidad que está basada en la verdadera enseñanza.

El Gozo en la Verdad es Primordial
Hagamos ahora una pausa aquí antes de buscar en el versículo 18, las razones por las que estos mandamientos existen. Quiero hacer una aclaración acerca de estos dos mandamientos y la enseñanza que los interrelaciona.

Primero, en relación al mandamiento de “que vigiléis a los que causan disensiones y tropiezos contra las enseñanzas que vosotros aprendisteis”, es posible que nos vayamos a los extremos. Tengo dudas, aun cuando lo digo, ya que no creo que esta sea la tentación de la mayoría de los cristianos de hoy. Pero es posible, y existen iglesias y personas que se van a los extremos.
Lo que quiero decir es que se obsesionan tanto con la detección de errores doctrinales que pierden la habilidad de regocijarse en la verdad doctrinal. Son como perros que están tan bien entrenados para oler las drogas en el aeropuerto que aun cuando están fuera de servicio saludan a todos de esa manera. Eso no contribuye a crear una atmósfera muy agradable.  La carta a los Romanos no comete este error. Periódicamente Pablo advierte contra los errores doctrinales o éticos. Sin embargo, la mayor parte de Romanos es una gloriosa demostración de la obra de Cristo por nosotros y en nosotros. Pidamos, por tanto, al Señor que nos ayude a mantener el equilibrio en esa misma posición. Esto es lo que debemos hacer: “vigilar a los que causan disensiones y tropiezos contra las enseñanzas que vosotros aprendisteis”. Pero esto no es lo más importante que haremos. Vigilar el error es necesario, pero regocijarnos en la verdad es primordial.

Existe un Cuerpo de Doctrinas Definido
Segundo, con relación a la enseñanza o doctrina, no pierdas de vista lo que es obvio: Existe un cuerpo doctrinal contra el que nadie puede ir. Versículo 17: “que vigiléis a los que causan disensiones y tropiezos contra las enseñanzas que vosotros aprendisteis”. Existe una enseñanza convencional. Existe algo de lo que no nos podemos separar. Pablo se refiere a ello de muchas maneras. En Romanos 6:17, lo llama forma de doctrina: “os hicisteis obedientes de corazón a aquella forma de doctrina a la que fuisteis entregados”. En 2 Timoteo 1:13-14, la norma de las palabras sanas y el depósito para aquel día: “Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús.  Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.”. En Hechos 20:27, lo llama todo el propósito de Dios: “pues no rehuí anunciaros todo el propósito de Dios”
Así que existe un cuerpo, o norma, o forma de la doctrina escuchada. El peligro aquí es, por supuesto, que no debemos añadirle a esta categoría todas las opiniones que existen sobre cientos de versículos bíblicos, para que no haya ningún desacuerdo (vea Filipenses 3:15). La norma de las palabras sanas sería un fiel resumen de las verdades bíblicas esenciales determinadas por el grado de importancia en que expresan y preservan la historia de la redención, la naturaleza y condición del hombre, la naturaleza y obra de Cristo, la naturaleza y obra del Espíritu Santo, y la naturaleza y obra de Dios el Padre.

Deje Espacio para Amar al Enemigo
Tercero, en relación al segundo mandamiento al final del versículo 17 (que os apartéis de ellos), necesitamos estar seguros de dejar espacio para obedecer la enseñanza de Romanos 12 que dice que debemos “Bendecid a los que os persiguen” (v.14), y, “Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres” (v.18), y así sucesivamente.
Apartarnos de alguien no significa: dejar de amarle, o dejar de orar por él, ni siquiera dejar de hablarle. Cuando Pedro actuó de manera contraria al evangelio en Gálatas 2, Pablo no se apartó de él en primera instancia. Primero le confrontó con el objetivo de traerle de vuelta. Este tipo de contacto no está prohibido, lo que Pablo manda aquí con las palabras apartéis de ellos, no es eliminar todo contacto, sino el tipo de contacto que da a entender que la vida puede continuar como de costumbre. No puede. Si como cristiano profesante, persistes en alejarse de la doctrina que enseñaron los apóstoles, simplemente no podemos pasar el tiempo juntos como antes.

Los Falsos Maestros parecen ser muy Agradables
Esto nos lleva finalmente al versículo 18 y a las dos razones que Pablo da para explicar por qué la vigilancia de la enseñanza es tan importante. Versículo 18: “Porque los tales [las personas que se apartan de la doctrina] son esclavos, no de Cristo nuestro Señor, sino de sus propios apetitos, y por medio de palabras suaves y lisonjeras engañan los corazones de los ingenuos”

Tomemos primeramente la segunda razón. Versículo 18b: “por medio de palabras suaves y lisonjeras engañan los corazones de los ingenuos”. La palabra usada para ‘lisonjeras’ es simplemente ‘bendiciones’, y palabras suaves no significa necesariamente evidentemente resbaladizas. Significa simplemente placenteras y plausibles. Así que la razón por la que debemos ser tan vigilantes con relación a la enseñanza bíblica es que aquellos que se alejan de ella envuelven a los ingenuos con discursos placenteros y plausibles que se parecen ser una bendición. Los falsos maestros no obtienen seguidores siendo ásperos y rudos, obtienen seguidores siendo agradables.

Tomemos dos ejemplos de la historia: Arrio (336 d.C.) y Socino (1604 d.C.) quienes negaron la deidad de Cristo. Parker Williamson describe a Arrio de esta manera: Éste era un compañero brillante, enérgico y atractivo, del tipo de ciudadanos que cualquier Club  recibiría con agrado. Cantaba canciones de marineros en las cantinas del muelle y enseñaba historias de la de Biblia a los fieles del miércoles en la noche, era un hombre inmensamente popular. Su historia nos recuerda que la herejía no nos golpea para que la creamos, nos seduce. (Parker T. Williamson, Standing Firm: Reclaiming the Chastain Faith in Times of Controversy [Lenoir, North Carolina: PLC Publications, 1996] p.31)

Y otro escritor describe a Socino de esta manera: Era todo un caballero. Su moral era irreprensible y se distinguía a sí mismo por su cortesía. Su cortesía incondicional era admirable en un tiempo en que aun los grandes líderes protestantes, Lutero y Calvino utilizaban el lenguaje callejero vulgar cuando argüían con sus oponentes. Esto significa que rara vez será popular resistir a los falsos maestros en la iglesia, porque casi siempre son vistos como quienes traen bendiciones y hablan palabras atractivas. Son caballeros, y Pablo dice que los ingenuos son arrastrados por ellos. Por eso dice: Vigiladles y apartaos de ellos.

Los Falsos Maestros son Esclavos de Sus Propios Apetitos
La otra razón por la que la vigilancia de la enseñanza es tan importante, según Pablo (v.18a) es porque “los tales [los falsos maestros] son esclavos, no de Cristo nuestro Señor, sino de sus propios apetitos” –literalmente: de sus propios estómagos. En otras palabras, el asunto de la falsa enseñanza no es solo un error intelectual. Detrás de los discursos plausibles y las suaves y caballerosas maneras está la idolatría, y el ídolo es el estómago –el apetito por la comida, el sexo, o la aprobación humana. Detrás de una seria enseñanza falsa casi siempre encontraremos, no solo errores intelectuales, sino pasiones mundanas esclavizando la mente.

Que Vigiléis
Así que cierro con un llamado a vigilar. Vigilad a los que hablan suave, que pastorean inmensas iglesias, escriben muchos libros, dirigen grandes ministerios, y no aprecian claramente todo el propósito de Dios por encima de sus bienes terrenales.

Por John Piper

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