Oíd un son en alta esfera:
¡En los Cielos gloria a Dios,
al mortal paz en la tierra!
canta la divina voz:
Con los Cielos alabemos
al eterno Rey; cantemos
a Jesús, a nuestro bien,
con el coro de Belén;
canta la divina voz:
“¡En los Cielos gloria a Dios!”
El Señor de los señores,
el Ungido celestial,
a salvar los pecadores
bajó al seno virginal.
Loor al Verbo encarnado,
en la humanidad velado;
gloria al Santo de Israel
cuyo nombre es Emanuel;
canta la divina voz:
“¡En los cielos gloria a Dios!”
Príncipe de paz eterna,
gloria a Ti, a Ti, Jesús;
entregando el alma tierna
Tú nos traes vida y luz.
Has Tu majestad dejado
y buscarnos te has dignado;
para darnos el vivir,
a la muerte quieres ir.
Canta la celeste voz:
“¡En los cielos gloria a Dios!” *