Es digno nuestro Salvador
de nuestra adoración:
venid, cantemos Su loor
de todo corazón.
Coro – Ensalcemos a Jesús,
aclamemos con júbilo:
Aleluya, aleluya, aleluya. Amén.
Jesús es digno del amor
de los que redimió;
es digno de una vida fiel
de celo y devoción.
Si somos salvos por Jesús,
debemos elevar
un cántico de gratitud
y culto sin cesar. *