Del amor divino, – ¿quién me apartará?
escondido en Cristo, – ¿quién me tocará?
si Dios justifica, – ¿quién condenará?
Cristo por mí aboga, – ¿quién me acusará?
Coro – A los que a Dios aman
todo ayuda a bien.
Esto es mi consuelo,
esto es mi sostén.
Todo lo que pasa, – en mi vida aquí,
mi Dios lo prepara, – es bien para mí.
En mis pruebas duras, – Dios me es siempre fiel:
¿por qué, pues, las dudas?, – yo descanso en Él.
Plagas y la muerte, – en mi derredor;
ordenó mi suerte, – el que es Dios y amor.
Ni una sola flecha, – me podrá dañar,
si Él no lo permite, – no me alcanzará. *