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Nuestra elección tuvo lugar en el contexto de nuestra unión espiritual con Cristo. Esta es la misma enseñanza encontrada en

2Ts 1:9  los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,

 La elección y la predestinación deben ser vistas como bendiciones espirituales porque ésta es la manera en las que el apóstol las vio. Aún más, él sentía que la elección era propiamente un motivo de agradecimiento; así lo expresó en 1 Tesalonicenses 1:2 donde habiendo dada gracias a Dios, en el versículo 4 el apóstol menciona la elección como uno de sus motivos de agradecimiento: «Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros. Sabiendo, hermanos amados de Dios, vuestra elección:» Otra vez en 2 Tesalonicenses 2:13, el apóstol vuelve a declarar: Mas nosotros debemos dar siempre gracias a Dios por vosotros, hermanos amados del Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación».

Es una cosa terrible tratar con la predestinación y la elección solamente en controversias y argumentaciones, y nunca usar esta bendición en la adoración y la alabanza. Quizás una de las más grandes acusaciones en contra de la teología evangélica moderna es que no puede alentar a los creyentes a darle gracias a Dios por el decreto de elección, debido a que es una doctrina que muchos niegan. Haciendo esto, ¿No están robando a sí mismos el gozo de una de las bendiciones que les pertenecen en virtud de su unión con Cristo? Debido a que somos vistos como estando «en Cristo» antes de que Dios ordenara la existencia del mundo, las bendiciones de la elección y la predestinación son nuestras. ¡Cuán agradecidos deberíamos estar con Dios!

En virtud de nuestra unión con Cristo, hay bendiciones que fueron nuestras cuando Cristo Jesús consumó la redención hace 2000 años

La unión con Cristo no está solo en el contexto del plan definido por el Padre en la eternidad, sino que también es un concepto esencial del sacrificio sustitutivo de Cristo; su vida, muerte, resurrección y ascensión. En Rom.3:24, 1 Gor.1:30, Ef.1:7 Y Co1.1:14, toda la obra redentora de Cristo es descrita como estando» en Cristo». Aún la obra de reconciliación fue consumada en el contexto de la unión con Cristo: “Lo que quiero decir es que a través de Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo con Él, sin tener en cuenta los pecados de nadie. Ese es el mensaje de reconciliación que nos encargó anunciar” (2Cor 5:19)

En virtud de la obra representativa y sustitutoria de Cristo, los elegidos estaban «en Cristo» cuando Él murió y fue resucitado de los muertos. Es de este modo que apóstol Pablo podía decir: «Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo por mí. » (Gálatas 2:20)

La obra que Cristo tuvo que soportar directamente en nuestra salvación fue debida esencialmente a nuestra unión con su persona. Si nosotros no fuéramos vistos como estando en Unión con Cristo cuando Él vivió y murió, entonces su vida perfecta y su muerte jamás podrían salvamos. Su muerte y resurrección, si no son vistas como siendo vicarias y sustitutivas por nuestra unión con Él, carecerían de significado. Así como nada fue determinado en el decreto eterno de Dios aparte de la unión espiritual con Cristo, así también, nada de lo que fue realizado en el plan de la salvación puede ser visto aparte de la unión con Cristo.

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 Extracto tomado del libro: Unión con Cristo, de Albert N. Martin

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