Nos aferramos a las enseñanzas de las Sagradas Escrituras que nos
enseñan las doctrinas de la gracia y a la fe ortodoxa antigua, y no
simpatizamos con las innumerables novedades teológicas actuales: que
solo son nuevas en su forma exterior, ya que en su esencia constituyen
repeticiones de errores rechazados hace mucho tiempo. Nuestra posición
en cuestiones doctrinales es bien conocida y no profesamos ningún tipo
de caridad latitudinaria; sin embargo, no vemos fallo algunos en
aquellos de espíritu fervoroso que se identifican con nuestra norma
creyendo que solo en la Verdad se encuentra la libertad verdadera.
(C.H. Spurgeon)
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