Estamos listos ahora para ver la clase de tentación que Satanás usa.
La tentación usada por Satanás con el propósito de lograr que la persona peque
¡La tentación siempre es una prueba! En la clase de tentación provocada por Satanás, el punto que tenemos que recordar es el propósito de la prueba. La tentación de esta clase es una prueba diseñada para conducir a la persona a pecar. Dios nunca es el autor de este tipo de tentaciones (Stg.l: 13). Esta es la clase de tentación que el Señor tenía en mente cuando advirtió a sus discípulos.
La Biblia enseña que hay tres causas principales para este tipo de tentación. A veces estas causas obran juntas y a veces separadamente.
- El diablo como el tentador. Dos veces en el Nuevo Testamento el diablo o Satanás es llamado «el tentador». (Mat.4:3; 1 Tes.3:5). A «veces el diablo tentará al creyente a pecar introduciendo pensamientos malos o blasfemos en su mente. A veces existe la tentación de dudar de la realidad de Dios o de la veracidad de su Palabra. Esta tentación frecuentemente surge por medio de malos pensamientos mandados por el diablo a la mente del creyente. Tentaciones de esta clase son llamadas «los dardos de fuego del maligno» (Ef.6:16). El creyente no es culpable de pecado por el mero hecho de tener tales pensamientos. El creyente solamente es culpable de pecado si cree estos pensamientos. Frecuentemente el diablo tienta usando dos de los siguientes métodos:
- El mundo (incluso la gente mundana) como un tentador. El pescador usa como anzuelo un gusano sabroso para atraer al pez. De la misma forma, a menudo el diablo usa el anzuelo de alguna atracción del mundo para persuadir a la persona a pecar. El diablo, cuando tentó a Cristo usó a los reinos de este mundo como su anzuelo. Fue una sirvienta quien tentó a Pedro para que negara a su Señor (Mat.26:69). El mundo con todas sus cosas y su gente es una fuente constante de tentación para los creyentes.
- La carne (los deseos egoístas) como un tentador. A veces el diablo obra a través de los deseos egoístas para tentar a la persona. El diablo tentó a Judas a traicionar al Señor usando tanto la ayuda del mundo (los fariseos y treinta monedas de plata Luc.22: 1-6) como la naturaleza codiciosa de Judas mismo. En las palabras de Santiago: «Cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.» (Stg.l:14)
La clase de tentación usada por el diablo es siempre un intento de persuadir de alguna forma a la persona a pecar en alguna o en todas de las siguientes maneras:
1) por el descuido de algún deber que Dios ha encomendado,
2) por guardar malos pensamientos en tu corazón y permitir que los pensamientos ya concebidos den a luz el pecado,
3) por permitir que Satanás te distraiga de alguna manera de tu comunión con Dios o
4) por fallar en dar a Dios la obediencia constante, completa y universal a todos sus mandamientos incluyendo la manera en la cual la obediencia es rendida.
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Extracto del libro: “La tentación” de John Owen