Debemos tomar muy en serio el siguiente principio: “Un poco de levadura, leuda toda la masa” (1 Cor 5:6 y Gál 5:9).
¿Qué se necesita para cambiar completamente el ambiente moral de una iglesia? Sólo se necesita que unos cuantos creyentes de una buena reputación continúen en su deriva espiritual y que la justifiquen ante los demás. Pronto una multitud seguirá su mal ejemplo. Es más fácil seguir a los muchos para hacer mal (Éxo 23:2) que mantenernos firmes a favor de la justicia.
El mismo principio es verdad en cuanto a las enseñanzas falsas. ¿Qué se necesita para cambiar la posición doctrinal de una iglesia? Todo lo que se necesita es que unos pocos creyentes de buena reputación aprueben y justifiquen la enseñanza falsa. No pasara mucho sin que la multitud comience a seguirles. Muy pocos creyentes se percatan de cuán fuerte es la tentación para seguir el ejemplo de otros.
En cada época los creyentes deberían aprender a no poner su confianza en los hombres “piadosos”, sino en la Palabra de Dios. Si somos humildes, consideraremos seriamente las opiniones y las prácticas de aquellos que tienen una reputación de ser piadosos. Sin embargo, si sus opiniones y prácticas son contrarias a la Palabra de Dios, no debemos seguir su ejemplo.
Hay una fuerte tentación en seguir el ejemplo de personas que tienen una buena reputación. Además, estos líderes del mal pueden dar “buenas razones” para defender sus opiniones y prácticas. ¿Estás dispuesto a pensar por ti mismo? o ¿Permitirás que otros piensen por ti? Si es así, entonces serás muy fácilmente desviado por las conclusiones falsas de otros.
El Nuevo Testamento sin lugar a dudas, da una enseñanza muy clara con relación a la libertad que los creyentes tienen en Cristo. Tristemente, no es difícil para algunos pervertir esta enseñanza. Poco a poco, pero ciertamente, las salvaguardas de la santa ley de Dios son quitadas, y la libertad cristiana es convertida en un pretexto para el pecado. Si los creyentes pudieran ver desde el principio hasta dónde les conducirá esta enseñanza, con horror le volverían la espalda. Pudiera ser que algunos de estos maestros no se percaten al principio de las consecuencias que sus enseñanzas les traerán. Al principio, su desviación podria parecer pequeña e insignificante. Sin darse cuenta, los maestros y sus seguidores se desvían cada vez mas de la verdad hasta que cambian la verdad de Dios por una mentira” (Rom 1:25).
Las desviaciones de los tiempos modernos tienen esta norma comun:
• Métodos y tácticas de evangelismo que no tienen ningún apoyo bíblico.
• La omisión en la predicación evangelística de la necesidad del arrepentimiento y de la sumisión al Señorío de Cristo.
• La disminución de las normas bíblicas para la membresía de la Iglesia y el descuido de la disciplina.
• La omisión o el abierto rechazo de doctrinas tan fundamentales como el pecado, la ley de Dios, el arrepentimiento, la predestinación; la depravación humana y la necesidad de una obra especial del Espíritu Santo para la genuina conversión.
• La falta de una enseñanza clara sobre las evidencias de la regeneración, y las normas bíblicas para el proceso de la santificación y la mortificación del pecado, etc.”
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Apuntes del libro “La Tentación” de John Owen.