Tenemos que reconocern a los héroes de La Fe Cristiana de todos los siglos, que se sacrificaron y dieron sus vidas por la más gloriosa, elevada y útil de las causas; y afirmar, que los mártires de la Fe cristiana son los más grandes, los verdaderos héroes de la humanidad, ya que arriesgaron y entregaron sus vidas por valores eternos, con un altruismo que nos produce admiración. Rehusaron guardar para si mismos el tesoro del Evangelio que trae salvación eterna, y tratando de comunicarlo a otras personas, o por no negar al Señor que les rescató, sufrieron heroicamente los horrores del martirio.
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