Dios creó al hombre con un cuerpo, pero también lo creó con un alma.
Creo que deberíamos sostener no sólo que el hombre tiene alma, sino que es importante que sepa que tiene alma.
Muchas personas parecen pensar que esto no tiene importancia especial. Estudiemos la conducta de la gente, dicen; clasifiquemos las observaciones; y luego tratemos de conseguir que la gente se forme tales hábitos que su conducta sea tal que contribuya al bienestar de la raza. Este, dicen dichas
personas, es el método científico genuino. En el mismo debe evitarse a toda costa toda introspección, todas las preguntas que el hombre se quiera hacer acerca de su propia vida íntima, el hablar acerca de la existencia del alma, y cosas semejantes. Basta considerar la conducta humana, estudiarla tal como es,
y dejar las cuestiones metafísicas o filosóficas acerca del alma o de Dios completamente de lado.
Tal es su método. Lo extraño es que algunos que, supongo, creen en la existencia del alma y de
Dios parecen pensar que se puede seguir con toda confianza dicho método. ¿Por qué no aceptar los estudios psicológicos que no creen ni en el alma ni en Dios, y luego emplearlos para propagar una filosofía y teología del todo diferente del escepticismo que ellos profesan? ¿Por qué el cristiano no va a poder considerar las investigaciones de estos psicólogos como adecuadas en su limitada esfera ?
Esta forma de razonar es muy precaria. De hecho, no se puede separar una esfera de conocimiento de otra en compartimientos como ése . No, la idea que alguien tiene acerca del alma y de Dios afectará la interpretación que le dé a los fenómenos de la conducta humana; y, por otra parte, al observar desde una perspectiva falsa o limitada los fenómenos de la conducta humana afectará la idea que alguien tenga acerca de la existencia del alma y de la existencia de Dios.
Creo, pues, que es no sólo importante que tenga alma, sino que es importante también que sepa que la tengo.
¿Qué significa, entonces, decir que tengo alma?; Qué quiere decir la Biblia cuando afirma que tengo alma ?
Quiere decir que los materialistas están equivocados, y que, contrariamente a lo que ellos piensan, la mente o conciencia es algo diferente del cerebro.
Pero también quiere decir algo más que eso. Quiere decir no sólo que el hombre tiene mente o conciencia, sino también que esa mente o conciencia es una unidad. No es una simple fuente de conciencia, sino la conciencia de una persona. No es tan sólo que dentro de mí se da el pensamiento,
sino que yo pienso. Fui yo hace muchos años, y es el mismo yo en la actualidad, y será el mismo yo toda la eternidad. Esto quiere decir la Biblia cuando me dice que tengo alma:
Ese misterio lo proclama la Biblia cuando nos dice que Dios hizo al hombre a imagen suya.
«Y creó Dios al hombre a su imagen,» dice la Biblia, «a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.»
La «imagen de Dios» no se puede referir al cuerpo del hombre porque Dios es espíritu; se debe referir por tanto al alma del hombre. El alma del hombre ha sido hecha a imagen o semejanza de Dios.
Pero ¿qué hubo en el alma del hombre, cuando fue creado, que fuera semejante a Dios? Un elemento importante en esa semejanza ya ha sido mencionado. Dios es persona, o, mejor, tres personas en un solo Dios y el hombre es persona . En esto el hombre es semejante a Dios.
Algunos han dicho que la imagen de Dios en el hombre significa no que el hombre fue creado en modo alguno como persona igual a la de Dios, sino simple y solamente que es persona. No implica, dicen tales personas, ninguna semejanza moral entre el hombre como creado y Dios.
Los que esto afirman se dividen en dos clases.
En primer lugar, hay quienes han dicho que el hombre antes de caer en el pecada era un ser neutral respecto al bien y al mal. Era hombre, y esto era todo. No era ni bueno ni malo, y a él le correspondió decidir ser bueno o malo. Nada había decidido entre el bien y el mal. Si hubiera decidido algo bueno se hubiera vuelto bueno y si hubiera decidido algo malo, malo; pero tal como Dios lo creó no era ni una cosa ni otra. Era como Dios simplemente porque tenía libertad personal; y la libertad personal, y no la bondad, es lo que la Biblia quiere decir con imagen de Dios.
Esta opinión implica un error mortífero. Implica el error mortal en cuanto que considera la voluntad del hombre como algo que oscila en una especie de vacío que no se puede llamar ni bueno ni malo porque la persona lo sea. La Biblia no contiene tal idea. La Biblia dice : «De la abundancia
del corazón habla la boca,» y: «No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.» Según la Biblia las acciones buenas proceden de la persona buena y las acciones malas de la persona mala; según la Biblia, la bondad y la maldad no es algo que simplemente pertenece a acciones
conscientes individuales sino que también pertenece a algo que es mucho más hondo que las acciones individuales. Si somos fieles a la Biblia, no podemos en modo alguno hablar de alguien que no es ni bueno ni malo; no podemos hablar de alguien que es moralmente neutral, cuya calidad moral depende sólo de acciones futuras suyas, que es buena sólo en cuanto cada una de sus acciones concretas lo son y malo sólo en cuanto son malas. Deberíamos descartar en forma total toda esa idea.
Otros teólogos han sostenido una idea parecida a la que acabamos de exponer, pero se han esforzado en evitar algunas de las implicaciones más obvias que contiene.
Dicen que el hombre fue creado moralmente neutral. Con esto afirman algo muy semejante a la idea que acabamos de exponer. La imagen de Dios según la cual dice la Biblia que el hombre fue creado significa, dicen estos teólogos, sólo libertad personal, no bondad. Pero luego, prosiguen, Dios dio de una vez al hombre aparte de la creación un don sobrenatural de bondad, que fue necesario para asegurar la armonía en sus apetitos. Cuando el hombre cayó al pecar contra Dios, lo que sucedió fue simplemente que ese don sobrenatural y agregado de la bondad se perdió, pero la imagen de Dios, que consistía tan sólo en la naturaleza del hombre como persona libre, permaneció intacta.
Esta idea también es completamente errónea. Implica una visión muy superficial del pecado, y es del todo opuesta a la enseñanza de la Palabra de Dios.
No, cuando la Biblia nos dice que el hombre fue creado a imagen de Dios, quiere decir algo más de que el hombre recibió libertad personal.
Esta libertad es, desde luego, un elemento necesario en lo que la Biblia quiere decir por imagen de Dios; pero no es todo lo que la Biblia quiere decir. La Biblia quiere decir también que el hombre fue creado como semejante a Dios en cuanto que era bueno. No fue creado moralmente neutral en realidad la noción misma de una persona moralmente neutra es una monstruosidad sino que su naturaleza fue positivamente dirigida hacia lo bueno y opuesta a lo malo. La bondad no fue algo accidental, algo que le fue dado después de haber sido creado; sino que fue algo que formó parte de su naturaleza en el mismo acto creador de la mano de Dios. Acerca del hombre al igual que acerca
del resto de la creación la Biblia dice : «Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.»
Con todo el hombre cayó. ¡ Qué caída tan grande fue! No fue simplemente la pérdida de un don que no formaba parte del ser original del hombre, sino que fue la pérdida de algo que desde el principio perteneció a la imagen misma de Dios en el hombre. ¡Qué tristemente desfigurada quedó la imagen de
Dios!
Extracto del libro: «el hombre» de J. Gresham Machen