El pecado es engañoso y sabe como aparentar que esta muerto, cuando en realidad todavía esta vivo. Debido a esto, debemos perseguirlo vigorosamente en todo tiempo hasta la muerte. El pecado siempre está obrando. "Porque la carne codicia contra el Espíritu." (Gálatas 5.17) Los deseos pecaminosos nos tientan y nos guía hacia el pecado (Stg.1:14-15). A veces, trata de persuadimos a pecar, en otras ocasiones trata de impedir que hagamos el bien y aún en ocasiones trata de desanimamos respecto a la comunión con Dios.
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