Por supuesto existen otros tipos de predicación. Sermones Temáticos, por ejemplo, reuniendo todas aquellas enseñanzas de las Escrituras en un solo tema, tales como la oración o el ofrendar. La predicación biográfica utiliza la vida de algún personaje de la Biblia y la presenta como un ejemplo de la gracia de Dios y asimismo de esperanza y fidelidad. Pero la predicación expositiva es algo más: es una explicación y aplicación de una porción en particular de la Palabra de Dios.
La Predicación Expositiva no es Fundamentalmente un Estilo
La predicación expositiva asume una creencia en la autoridad de las Escrituras, aunque es algo más que esto. Un compromiso con la predicación expositiva es un compromiso a escuchar la Palabra de Dios. Aún a los profetas del Antiguo Testamento y a los apóstoles del Nuevo Testamento les fue dada no solo una simple comisión de ir y hablar sino un mensaje en particular, de tal forma que los predicadores cristianos el día de hoy tienen la autoridad de hablar de parte de Dios solamente si ellos están hablando Sus palabras. De tal manera que la autoridad del predicador expositivo comienza y termina con la Escritura. Algunas veces las personas pueden confundir predicación expositiva con el estilo de un predicador expositivo favorito, pero fundamentalmente no es cuestión de estilo. Como otros han observado, la predicación expositiva finalmente no se trata tanto de cómo decimos lo que decimos sino de cómo decidir lo que se va a hablar. No está marcado por un estilo en particular sino por un contenido Bíblico.
El Sometimiento a la Palabra de Dios y no al Conocimiento del Predicador
Alguien pudiera felizmente aceptar la autoridad de la Palabra de Dios y aún confesar su creencia en la inerrancia de la Biblia; sin embargo si esta persona en la práctica (con o sin intención alguna) no predica expositivamente, nunca predicará más de lo que ya conoce. Un predicador podría tomar un pasaje de la Escritura y exhortar a la congregación, basados en un tema que es importante sin estar realmente predicando la idea central del pasaje. Cuando esto sucede el predicador y la congregación solo escuchan la Escritura que ellos ya conocían.
En contraste, cuando predicamos un pasaje de las Escrituras en su contexto de manera expositiva tomando la idea central del pasaje como el verdadero tema del mensaje, entonces escuchamos de Dios cosas que no pretendíamos oír cuando comenzamos. Desde la invitación inicial al arrepentimiento hasta el área de nuestras vidas donde más recientemente nos ha revelado el Espíritu Santo, nuestra salvación total consiste en escuchar a Dios en formas que jamás hubiéramos imaginado que escucharíamos de Él. Este sometimiento práctico a la Palabra de Dios deberá ser evidente en el ministerio de un predicador. Ahora bien, es necesario poner atención a lo siguiente: finalmente es responsabilidad de la congregación el asegurarse de que esto se cumpla. (Observe la responsabilidad que Jesús le brinda a la congregación en Mateo 18, o Pablo en 2Timoteo 4). Una iglesia no debe delegar a una persona con una supervisión espiritual del rebaño, cuando en la práctica esa persona no muestra compromiso de escuchar ni de enseñar la Palabra de Dios. Al ocurrir esto, inevitablemente se está obstaculizando el crecimiento de la iglesia y desafiándola prácticamente a crecer tan solo al nivel del pastor. En tal caso, la iglesia lentamente será conformada a su mente en lugar de la mente de Dios.
Dios Siempre ha Creado a Su Pueblo por Medio de su Palabra
El pueblo de Dios ha sido siempre creado por la Palabra de Dios. Desde la creación en Génesis 1 hasta el llamado de Abraham en Génesis 12, desde la visión en el valle de los huesos secos en Ezequiel 37 hasta la venida de la Palabra Encarnada, Dios siempre ha creado a su pueblo por su Palabra. Así como Pablo escribió a los Romanos, “la fe viene como resultado de oír el mensaje y el mensaje que se oye es la Palabra de Cristo” (10:17). O como Pablo escribió a los Corintios, “Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen” (1Cor. 1:21).
La predicación expositiva sana es usualmente el manantial de crecimiento de una iglesia. En la experiencia de Martín Lutero, tal atención a la Palabra de Dios fue el comienzo de la reforma. De igual manera debemos estar comprometidos a ser iglesias que siempre estén siendo reformadas de acuerdo a la Palabra de Dios.
En una oportunidad, enseñando acerca del puritanismo en un seminario de un día de duración en Londres, mencionaba que los sermones puritanos tenían algunas veces dos horas de duración. Al hacer mención de esto, una persona exclamó audiblemente y luego preguntó, ¿Cuánto tiempo quedó para la adoración? Esto dio por entendido que el escuchar la Palabra de Dios no constituía parte de la adoración. Al respecto respondí que muchos cristianos Protestantes Ingleses debieran de considerar que el escuchar la Palabra de Dios en su propio idioma y responder a ella es la parte esencial de adoración en sus vidas. El que haya tiempo o no de cantar juntos debería ser comparativamente, de poca importancia.
La Centralidad de la Predicación de la Palabra de Dios
Nuestras iglesias deben de recuperar la centralidad en la Palabra de Dios para nuestra adoración. El escuchar la Palabra de Dios y responder a ella puede incluir alabanzas y acción de gracias, confesión y proclamación, pudiendo hacerse en forma de canto cualquiera de estas, aunque pudiera faltar cualquiera de ellas. Una iglesia fundamentada en la música, cualquiera que sea el estilo, es una iglesia que está sobre arenas movedizas. La Predicación es la base fundamental del pastorado. Ore por su pastor, de manera que él se comprometa al estudio riguroso, urgente y cuidadoso de las Escrituras, y que Dios lo guíe al entendimiento de la Palabra, en la aplicación a su propia vida, y en la aplicación de ella a la iglesia (Lucas 24:27; Hch. 6:4; Ef. 6:19-20). Si usted es un pastor, ore por estas cosas para su provecho. Ore asimismo por otros que enseñan y predican la Palabra de Dios. Finalmente, ore para que nuestras iglesias tengan el compromiso de escuchar la Palabra de Dios, predicada expositivamente, de forma tal que el calendario de predicaciones pueda ser fijado progresivamente por el calendario de Dios a través de las Escrituras. El compromiso de una predicación expositiva es una marca de una iglesia saludable.
Articulo de Mark Dever