La idea de la santidad es tan central a la enseñanza bíblica que se dice de Dios que "Santo es su nombre" (Lucas 1:49). Su nombre es santo porque El es santo. El no siempre es tratado con reverencia santa. Su nombre es pisoteado con la suciedad de este mundo. Se usa como una palabra para maldecir y una plataforma para la obscenidad. El poco respeto que este mundo tiene por Dios, es vívidamente evidenciado por la manera en que el mundo usa su nombre.
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