En BOLETÍN SEMANAL
​Llenos del Espíritu: ¿Hay alguna razón por la que un verdadero creyente no deba estar lleno del Espíritu Santo? De hecho, ¿Puede realmente un verdadero creyente no estar lleno del Espíritu Santo? Según la enseñanza de la Escritura, esta es una condición necesaria de todos aquellos que Dios ha llamado a la salvación.

​ Esteban fue uno de los hombres escogidos, según se nos dice en Hechos 6, para atender diferentes asuntos a fin de que los apóstoles pudieran dedicarse a la oración y a la predicación de la Palabra.

Y esto es lo que leemos acerca de él: ‘Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo’. El estaba lleno del Espíritu Santo. Aquí no se afirma que en un momento dado haya sido lleno del Espíritu para cumplir cierta tarea. No, fue más bien escogido para cumplir esta tarea por ser un hombre que ya era ‘lleno del Espíritu Santo’. Pero considere esta otra afirmación referida a él que se encuentra en Hechos 7:55.  Aquí está en juego la vida de Esteban, y es esto lo que leemos: «pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios…»

 Esteban normalmente estaba lleno del Espíritu Santo. Pero tuvo que necesitar más debido a la situación política y a lo que conllevaba, ya que tuvo que pagar con su vida su fidelidad a Cristo.   Esto significa que a pesar de haber estado lleno del Espíritu Santo, hubo otra manifestación, otra ‘investidura’ de poder, otra experiencia de ser ‘lleno’. De esta manera se le concedió una habilidad particular para hacer frente a sus verdugos y acusadores y para hablar la Palabra de Dios con libertad y convicción. Por ese motivo esta declaración es interesante.

Pero considérese también la afirmación referida a Bernabé, el compañero de Pablo. En Hechos 11:24 leemos lo siguiente acerca de Bernabé: «Era varón bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe». Era un hombre semejante a Esteban. Estaba lleno de fe y también lleno del Espíritu Santo. Finalmente, termino con una afirmación referida a los discípulos como grupo. En Hechos 13:52 leemos lo siguiente: «y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo».

En estos dos casos, y en el caso de Hechos 7:55 que es un ejemplo un tanto especial, no estamos considerando a personas que son investidas de un ‘poder’ para cumplir una tarea particular. En cambio, aquí se nos da una descripción del estado normal de estas personas, con su forma de vivir. Tenemos aquí una descripción del ‘estado’ espiritual y moral. Aquí no es tanto una cuestión de “poder” como de la forma de vivir de un hombre. Esteban fue escogido. ¿Por qué? Porque era un hombre ‘lleno de fe y lleno del Espíritu Santo’: Esa era la reputación que Esteban tenía entre la gente, de manera que llegado el momento de escoger a los diáconos, ellos dijeron: he aquí un hombre que es lleno de fe y lleno del Espíritu Santo. Por el mismo motivo fue escogido Bernabé. Y acerca del grupo de los discípulos leemos que ellos fueron ‘llenos de gozo y del Espíritu Santo’.

Entonces tenemos una diferencia obvia entre estas dos declaraciones que a primera vista parecen tan similares. Y la importancia de reconocer la diferencia entre ambas expresiones es que no siempre hemos de esperar a que se trate de ser llenos de forma especial para cumplir una tarea especial. Esa es una experiencia que viene y va. Pero de nosotros se espera que estemos siempre ‘llenos del Espíritu’.

Esta es, pues, la importancia de distinguir el significado de ambas afirmaciones. Y de esta manera hemos llegado a establecer otro punto. Un hombre que es lleno del Espíritu Santo puede repetidamente ser lleno del Espíritu Santo para un propósito especial. Esto lo he ilustrado mediante el caso de Esteban al ser juzgado. También lo he ilustrado con el caso de los mismos discípulos en el Día de Pentecostés.

 A la luz de todos estos pasajes, ¿acaso no es obvio que el significado del versículo que estamos considerando—Efesios 5:18—es el segundo de los mencionados? Aquí se nos relata un estado o una condición.

En efecto, creo que, sin lugar a dudas, esto puede ser argumentado de la siguiente manera: «No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu». El tiempo del verbo es de suma importancia, y aquí se trata del presente, del presente continuo. La traducción correcta de este versículo es la siguiente: «No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución, sino continuad siendo llenos del Espíritu, sed perpetuamente llenos del Espíritu. Dejad que ese estado prosiga, dejadlo continuar, permitid que esa sea su condición constante». Este verbo está en presente continuo, por tanto su significado no puede ser el primero, que se refiere claramente a algo que viene y vuelve a venir, como ocurrió con Pedro y con Esteban y como también ocurrió con el apóstol Pablo en diferentes pruebas y circunstancias críticas. El hecho de ser lleno del Espíritu Santo para una tarea es algo que viene y va; pero esta condición de vivir lleno del Espíritu tiene el propósito de ser una condición constante y permanente que no varía ni cambia. En otras palabras, lo que aquí se nos dice es que siempre debemos de ser como Esteban, como Bernabé, como Pablo y otros, esto es, ‘llenos del Espíritu’.

 

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Extracto del libro: «Vida nueva en el Espíritu», de Martin Lloyd-Jones

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