En BOLETÍN SEMANAL
No es un edificio de madera, o ladrillo, o piedra, o mármol, ni es obra de manos, sino que es una compañía de hombres y mujeres. No es ninguna Iglesia particular visible. No es la Iglesia Oriental, ni es la Iglesia Occidental.


«Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.» (Mateo 16:18)

¿Pertenecemos a la Iglesia que está fundada sobre la Roca? ¿Somos miembros de la única Iglesia en la cual se pueden salvar las almas? Estas preguntas son muy serias, y merecen una atenta consideración. Pido la atención de todos los lectores mientras trato de demostrar cuál es la verdadera y santa Iglesia Universal, y trato de guiar sus pies hacia el único rebaño seguro. ¿Cuál es esta Iglesia? ¿En qué se distingue? ¿Cuáles son sus características? ¿Dónde se encuentra? Sobre estas preguntas tengo algo que decir. Jesús dice: «Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.” En estas palabras tan famosas hay cinco cosas que requieren nuestra atención:

  1. Un edificio: “Mi Iglesia.”
  2. Un Constructor: Cristo dice: «Yo construiré mi Iglesia.”
  3. Un Fundamento: «Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.”
  4. Peligros Comprendidos: «Las puertas del infierno.”
  5. Seguridad afirmada: «Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.”

1. Un edificio: «Mi Iglesia»

¿Cuál es esta Iglesia? Pocas preguntas pueden hacerse que sean más importantes que ésta. No son pocos ni pequeños los errores que se han introducido en este mundo por no haberse dado a este tema la atención debida. La Iglesia de nuestro versículo no es un edificio material. No está hecho de madera, o ladrillo, o piedra, o mármol, ni es obra de manos, sino que es una compañía de hombres y mujeres. No es ninguna Iglesia particular visible. No es la Iglesia Oriental, ni es la Iglesia Occidental. No es la Iglesia de Inglaterra, ni la Iglesia de Escocia. Y, sobre todo, no es, ciertamente, la Iglesia de Roma.

La Iglesia de nuestro versículo está formada por todos los verdaderos creyentes en Cristo Jesús, por todos aquellos que son realmente santos y convertidos de verdad. Comprende a todos aquellos que se han arrepentido del pecado, refugiado en Cristo por la fe, y han sido hechos nuevas criaturas en Él. Incluye a todos los elegidos de Dios, que han recibido la gracia de Dios, que han sido lavados en la sangre de Cristo, que han sido vestidos de la justicia de Cristo, que han nacido de nuevo, y han sido santificados por el Espíritu de Cristo. Todos éstos, sea cual sea su nombre, rango, posición, nación, pueblo o lengua, constituyen la Iglesia de nuestro versículo. Éstos forman el cuerpo de Cristo, son el rebaño de Cristo, la esposa del Cordero. Esta es la «Santa Iglesia Católica y Apostólica» del Credo de los Apóstoles y del Credo Niceno. Esta es la IGLESIA FUNDADA SOBRE LA ROCA.

No todos los miembros de esta Iglesia rinden culto a Dios de la misma manera ni tienen la misma forma de gobierno eclesiástico. Algunos de ellos están gobernados por obispos y otros por ancianos. Algunos usan un ritual en su culto público de adoración, mientras que otros no siguen ninguno. Pero todos los miembros de esta Iglesia acuden al mismo Trono de gracia. Todos adoran con un mismo corazón. Todos son guiados por un mismo Espíritu. Todos son real y verdaderamente santos. Todos pueden decir «Aleluya», y todos pueden contestar, «Amén.”

Esta es la Iglesia de la cual todas las iglesias visibles sobre la tierra son siervas y están subordinadas. Ya sean episcopales, independientes, o presbiterianas, todas estas iglesias sirven a los intereses de la única Iglesia verdadera, y son como los andamios detrás de los cuales se construye el gran edificio, como la cáscara dentro de la cual se desarrolla la semilla viviente. El grado de utilidad de estas iglesias visibles varía. De todas ellas, la más digna y la que vale más, es la que alista más miembros para la verdadera Iglesia de Cristo. Pero no hay ninguna iglesia visible que con derecho pueda decir: «Nosotros constituimos la única Iglesia Verdadera.” Ninguna Iglesia visible debería atreverse a decir: «Permaneceremos para siempre; las puertas del infierno no prevalecerán contra nosotros.”

Es a esta Iglesia a la que el Señor ha otorgado las preciosas promesas para ser preservada, para mantener su continuidad, para ser protegida y para su gloria final. Por pequeña y despreciada que la verdadera Iglesia pueda ser en este mundo, a los ojos de Dios es preciosa y honorable. El templo de Salomón, pese a toda su gloria, era mezquino e insignificante en comparación con esa Iglesia que está construida sobre la Roca.

Confío en que las cosas que he dicho hayan penetrado profundamente en las mentes de todos los que leen este escrito. Aseguraos de que vuestra posición doctrinal sobre el tema de «la Iglesia» es sana. Cualquier error sobre este particular puede ser peligrosísimo, y puede acarrear la ruina espiritual para el alma. La Iglesia que comprende a todos los que se han arrepentido y creído el Evangelio, es la Iglesia a la cual deseamos que pertenezcas. Nuestra obra no terminará, ni nuestros corazones estarán satisfechos, hasta que tú hayas sido hecho una nueva criatura y hayas pasado a ser miembro de la única Iglesia verdadera. Fuera de la Iglesia que está «edificada sobre la Roca» NO HAY SALVACIÓN.

Extracto del libro: «El secreto de la vida cristiana» de J.C. Ryle

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